24 mayo 2015

MAGIA EN LAS ESTRELLAS: ELIZABETH BOWMAN



Estrella es una joven de diecinueve años que desde la muerte de su abuela y de su madre vive completamente sola en los bosques gallegos. Como todas las mujeres de la familia, ha heredado los dones de la clarividencia, el toque sanador, así como conocimientos en herboristería y hechicería.

Diego Valmaseda es el procurador fiscal del Santo Oficio, que se desplaza a Arcadia para estudiar el caso de la bruja de la fraga.

¿Qué sucederá cuando la ciencia y la razón choquen de bruces con la superchería de cientos de años de antigüedad? ¿Podrá el corazón de un hombre sensato resistirse a la razón y a lógica para sucumbir a los encantos de la inocencia y el amor?



Hoy traigo por aquí una novela romántica que leí tan pronto como salió publicada, pero que por un motivo u otro no reseñé en su momento. Ahora, sin embargo, toca subsanar ese error y contarles qué me pareció la lectura de Magia en las estrellas de Elizabeth Bowman.

Creo que es importante señalar que he leído casi todo lo publicado por la autora, así que obviamente me gusta mucho su estilo y es siempre un placer conocer una de sus nuevas historias. Esta que comparto hoy es la última publicada bajo el sello de Romantic Ediciones y, como podrán ver, la portada es preciosa, la que, sumada a la sinopsis tan interesante, forman una combinación más que tentadora. 

Siempre me ha llamado la atención el tema de las mujeres que fueron tachadas de brujas a lo largo de la historia, las injusticias cometidas contra ellas y todo lo relacionado con sus vidas. Ese es el caso de nuestra protagonista, Estrella, una joven muy sencilla, de vida humilde y solitaria, no porque lo deseara así, sino porque el destino le fue arrebatando a las mujeres de su familia, su abuela y su madre, de quienes aprendió la ciencia de la sanación, el uso de plantas y, también, y aquí algo interesante, de quienes adquirió también el don de la clarividencia. Entonces, esta joven vive acompañada tan solo por un gato en medio del bosque con todos los peligros que ello supone, pero tiene la bastante fortaleza para llevar una vida independiente, lo que a ojos de quienes la ven a lo lejos solo la hace más peligrosa.



Como no falta nunca una mente más intolerante que la de la mayoría, un sacerdote decide denunciarla al Santo Oficio, que envía a un procurador, Diego Valmaseda, para que examine su caso y decida si es o no una maligna bruja. Sin embargo, el sacerdote de marras no podía saber que el procurador es en realidad un hombre bastante sensato que no tiene ninguna intención de mandar a nadie a la hoguera, sino que busca conocer a la acusada y saber quién es en realidad. Y de aquí parte la premisa de la historia de amor, desde luego, con un desarrollo interesante y creíble, con una atracción que va creciendo de ambas partes hasta llegar a un punto culminante en que, mientras ambos aclaran sus sentimientos, se verán también obligados a enfrentar sus propios demonios y tomar decisiones acerca de su destino. Además, hay más de un interesante secreto relacionado con la vida de Estrella que se nos irán develando según se avanza en la trama, todos muy oscuros, pero su resolución es elemental para que el desarrollo de este personaje y su relación con Diego llegue a buen puerto. 

Como es evidente, he disfrutado mucho de esta historia, me ha parecido no solo muy romántica, como todas las de la autora, con una narración muy elegante y cuidada, sino que también me ha servido para conocer un lugar del mundo que me pareció fascinante y aprender también acerca de una época y unos personajes que no me extrañaría hubieran vivido entonces. La recomiendo mucho a los amantes del género y también, claro, a quienes sientan el deseo de disfrutar de una hermosa historia romántica.

05 mayo 2015

JOSEFINA, LA EMPERATRIZ DE NAPOLEON: BERNARD CHEVALLIER



Qué no se ha dicho, escrito, cantado sobre esta mujer que fue alternativamente criticada, adulada, abrumada, enaltecida, y de quien la leyenda no ha conservado hasta nuestros días más que la imagen encantadora y grácil de una mujer-niña. Seductora, por cierto, Josefina lo fue debido a su soberana soltura, su elegancia y su e extremado refinamiento, pero cuán superior se revela la que se transformó en emperatriz por gracia de Napoleón Bonaparte, esa dama sin la cual el emperador no habría sido lo que fue. He aquí, por fin, en la pluma de Bernard Chevallier, un análisis objetivo de esta cautivante personalidad, a quien la historia, largo tiempo ciega, aún no le había hecho justicia. Una vez pasados los años revolucionarios, lo que nos ha quedado de su correspondencia y el testimonio de sus allegados más fieles revelan no sólo a una esposa profundamente apegada al emperador, madre y abuela atenta, sino también a una mujer de buen corazón, compasiva, siempre bien dispuesta para con sus amigos y los que recurrían a ella. Un espíritu distinguido, abierto a las artes y la cultura, famoso por su afición a la botánica, cuya ciencia ella contribuyó a difundir en Francia con discernimiento y autoridad. Una mujer de mente perspicaz y lúcida que enfrentó con igual dignidad los mayores honores y las pruebas más crueles. íUna gran dama, en verdad!



Compré esta novela en al última Feria del Libro de mi ciudad, hace ya un buen tiempo, pero por un motivo u otro fui posponiendo su lectura hasta que hace unos días me animé con ella, y fue una buena decisión. Por lo general las biografías pueden ser interesantes y ágiles en su narración, como pueden ser también verdaderos compendios de datos que hacen un poco densa su lectura; al menos así ha sido hasta ahora en mi experiencia, pero este libro, por fortuna, entra en la primera categoría. Mi intención al empezarlo era ir avanzando con él de a pocos al intercalarlo con otras lecturas, pero me resultó tan interesante que terminé devorándolo en unos cuantos días.

Se sabe mucho acerca de la vida de Josefina, quizá demasiado, al punto que en la actualidad existen montones de datos, muchos de ellos sin un verdadero respaldo histórico que nos confirme la veracidad de lo que comparten; pero en esta obra lo que sobran son las pruebas y, sobre todo, el hecho de que ha sido escrito por un verdadero conocedor de la que fuera Emperatriz de Francia. Bernard Chevallier se presenta como un entendido en la historia de esta dama, un gran admirador que ha pasado buena parte de su vida estudiándola y custodiando muchos de sus recuerdos, y no por ello asume una postura deferente y parcial al compartir sus conocimientos, sino que nos narra las cosas como fueron, señalando los defectos de Josefina, así como resaltando sus virtudes.



Hay muchos hechos de su vida que desconocía, como el que fue encarcelada durante tanto tiempo en la época del Terror, o que vio cómo ejecutaban a su primer esposo en ese periodo tan oscuro de la historia de Francia. Su relación con Napoleón fue más estratégica que basada en un ideal romántico, aunque las cartas que le fueron enviadas por el corzo dejan en claro la pasión que compartieron. Sentía verdadera devoción por sus dos hijos, la misma que compartían ellos con ella, y se encargó de dejarlos en puestos clave que aseguraron su trascendencia. 

Quizá el mayor defecto de Josefina fuera su obsesión por comprar, no sabía cuándo detenerse, se endeudaba una y otra vez por cifras astronómicas para desespero de Napoleón, incluso cuando él ya la había repudiado para casarse con María Luisa y tener así su ansiado heredero. Decían quienes la conocían que no sentía mayor placer en poseer, sino en comprar, y si bien esto le costó muy caro, es cierto también que acumuló tal cantidad de obras de arte, por el que sentía verdadera pasión, que se hizo de un verdadero tesoro. 

En base a lo que nos cuenta Chevallier, comprobamos que Josefina fue, ante todo, una sobreviviente, y solo por ello su historia merece ser contad de forma justa. El que como personaje histórico guste o no es algo que cada quien tiene derecho a juzgar, claro, y eso es parte del encanto de leer esta biografía, que te concede muchas piezas para emitir un juicio propio. Muy recomendable.