CRIADAS Y SEÑORAS

Leí varias críticas de la película Criadas y Señoras, pero lamentablemente, por estos lares aún no la estrenan, y aunque la busqué en línea, tampoco encontré una sola versión de buena calidad, de modo que se me ocurrió ir por el libro y tuve la buena fortuna de hallarlo muy pronto.

Es un libro bastante más largo de lo que esperaba, y aunque eso me echó un poco para atrás, ya que en estas fechas procuro no embarcarme en lecturas muy extensas, bastó que empezara para que no pudiera ya soltarlo.

Lo devoré, casi literalmente, leyendo en cada momento libre, quedándome cada noche hasta las tantas, por lo que me llevó apenas un par de días acabarlo.

No sé qué tanto le habrá sido fiel la película, supongo por lo que comentan mucho, así que les cuento qué me ha parecido sin riesgo de spoilear.

Generalmente le corro a la narración en primera persona, la encuentro un poco chocante, pero tal y como me pasó con Los Juegos del Hambre, después de la incomodidad inicial, me acostumbré muy pronto y las páginas se me pasaban volando.

La historia, ubicada en Jackson, en el sur de Estados Unidos, en 1962, está contada desde el punto de vista de tres mujeres:

Aibileen, una mujer negra acostumbrada a servir en casas de blancos, a quien le gusta mucho encargarse de los niños y desarrollar una relación muy profunda con ellos, razón por la cual tan pronto como ellos crecen, deja el trabajo, porque no soporta la idea de ver a estos niños convertidos en réplicas de sus padres; sin embargo, en la época en que se desarrolla la historia, algo ha cambiado en su vida, perdió a su único hijo y eso la marcó de forma profunda; lo que antes tomaba como natural se hizo a sus ojos injusto, se preocupa más por lo que ve y oye, pensando en lo doloroso que le resultaría ver a la niña que cuida entonces, Mae Mobley, crecer con los mismos prejuicios que su madre, Elizabeth, una mujer débil de carácter, tonta, me atrevería a decir, dominada por su mejor amiga, Hilly, un ser malvado y egoísta.

Minny es la mejor amiga de Aibileen, y es muy diferente. Tiene un carácter tremendo, no sabe controlar su lengua y eso le trae más de un problema, ya que al ser empleada como ella, no hay mujer para la que trabajara con la que no haya tenido una buena discusión. La última, precisamente con Hilly, quien se encarga de inventar mil mentiras para evitar que pueda conseguir un nuevo empleo, por lo que Minny se venga de un modo más que original y desagradable, pero a ver quién dice que esa mujer no se lo merecía. Es luego de esto que Minny empieza a trabajar en casa de una misteriosa mujer, Celia, que la contrata a espaldas de su esposo, y quien es corazón muy noble y origen humilde, por lo que la trata con mucho respeto, pero lamentablemente, no es una mujer de muchas luces, y esto la expone a una serie de prejuicios y malos tratos.

Por fin, tenemos a Skeeter, que en realidad se llama Eugenia, una joven blanca y de buena posición que apenas regresa a Jackson luego de terminar de estudiar en la universidad y no parece muy consciente de lo que ocurre a su alrededor. Es buena, mucho, pero criada en ese ambiente y con una madre de carácter difícil, no se da cuenta de lo que está mal hasta que gracias a Elizabeth y Hilly, que son curiosamente sus amigas de la niñez, cae en la cuenta de lo crueles que son y el modo horroroso en que tratan a las personas que les sirven con tanta lealtad. Harta de tanta hipocresía, desesperada por haber perdido de un momento a otro a la mujer que la crió y en su anhelo de convertirse en una buena escritora, decide recopilar las historias de estas mujeres a quienes casi nadie da una segunda mirada, estas que lo saben todo acerca de sus jefas y que son tan injustamente tratadas.

Lo que encuentro interesante del libro, y no sé si se ve en la película, espero que sí, es que no solo trata de la discriminación a las personas negras en esa época de parte de los blancos, lo que de por sí es ya un tema indignante. Se menciona también abiertamente todo tipo de prejuicio, de trato injusto en la sociedad.

Así tenemos a Celia, la jefa de Minny, que aún cuando es blanca y de buena posición, es vista por encima del hombro por otras mujeres supuestamente “iguales”, que la tratan mal por ser de origen humilde y algo alocada. La misma Minny, al empezar a trabajar con ella la tacha de loca y la critica por su forma de vestir y comportarse; le cuesta darse cuenta de que nunca había sido tan respetada y apreciada por una empleadora antes. Y ella misma es víctima de violencia doméstica, ya que su esposo la maltrata a vista y paciencia de sus hijos, y no actúa según su fuerte temperamento.

Skeeter es vista con malos ojos tan pronto como demuestra algo de independencia e interés en el tema de la segregación racial, y muchos de los que antes eran sus amigos le dan la espalda. Solo Aibileen y algunas mujeres que se convierten en personas a las que ve cada día para recopilar sus historias permanecen a su lado, aunque sea a escondidas ya que mantienen su proyecto en secreto.

Esta es la historia de un viaje, del crecimiento de estas tres mujeres después de pasar por una serie de experiencias que les ayudan a valorar lo que verdaderamente importa, la bondad del ser humano, por estereotipado que pueda sonar, que no lo es para nada.

Aquí no hay un final feliz ni cambios milagrosos en la forma de pensar de las personas; muchas prefieren hacer como que nada ha pasado.

Como bien comenta Aibileen en un momento muy difícil, pase lo que pase, ella es libre, y tiene la conciencia tranquila, posee una paz interior que jamás conocerán esas mujeres crueles y egoístas demasiado ciegas para ver más allá de sus narices, y como bien dice, nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo.

Sobra decir que el libro me ha encantado, y se los recomiendo muchísimo si pueden encontrarlo, es una delicia de principio a fin, muy bien narrado y con mil situaciones que tanto les pueden hacer reír como llorar; precioso.