IMÁGENES DEL OSCAR

Como pongo en el título, se me ocurrió compartir con ustedes algunas imágenes divertidas que nos dejaron los Oscar, antes, durante, o después del show, que hubo de todo. Allí vemos al buen Uggie, que quien haya visto The Artist, estará de acuerdo en que merecía esa nominación.

En el almuerzo que la Academia ofrece para los nominados, el buen Jean Dujardin no pudo resistirse al encanto arrollador de George Clooney; eso, o tenía mucho sueño, no lo sé, pero se nota que lo pasaron genial.

Y a estas alturas sabrán ya que nada de Brad y Angelina o George y la novia de turno, la pareja más esperada de la noche fue la conformada por Miss Piggy y el querido Kermit, que me cuesta dejar de llamarlo René, pero bueno... Igual, ambos impecables, a ver quién se atreve a criticarles algo.

Y hubo beso, claro, el público lo pedía, y allí está.

Y George como siempre siendo él, o sea, adorable. Firmando autógrafos tanto como le daban las manos. Y después hay quién se pregunta por qué es un hombre tan querido.

Gary de mi alma, guapo, guapísimo y tan orgulloso, que es un crimen que esta fuera su primera nominación, pero a ver si en las próximas ediciones los votantes se redimen y hacen justicia.

Allí algunos de mis trajes favoritos, que este es campo de Roos, la experta, que yo a lo mucho me limité a decir cosas como "¡Qué bonito!" o "¡Cuánto brillo, me van a dejar ciega!"

Meryl no podría estar más guapa ni intentándolo; tremenda adorable señora, con ella no hay quien se resista.

Allí está con Colin, ese encanto de hombre, que por cierto me hizo reír a carcajadas con sus referencias a Mamma Mía, qué buenos amigos que son.

Creo que a Jean se le pasó un poquito la mano, pero vamos a atribuírselo a la emoción del momento.

Hablando de momentos extraños, me la pasé fenomenal con estos dos; el gran RDJ y Gwyneth hacen un dúo tremendo, y su participación fue de lo mejor de la noche.

Jean, ya más tranquilo, se ve, pues fue con quien se merecía los arrumacos, el buen Uggie.

Y me despido con esta imagen tan bonita; cuatro dignísimos y brillantes ganadores, todos muy justos, que deben de haber pasado la mejor noche de sus vidas, y cómo se lo merecen.