Me confieso adicta a series y películas, tanto como lo soy a los libros; la segunda mitad del año viene por lo general cargada de nuevas temporadas y de muchos estrenos. Los de este semestre no han estado mal, aunque he visto mejores, todo hay que decirlo; pero me alegra poder decir que gracias a algunas recomendaciones he dado con una joya que compensa todo lo que ha podido faltar. Es que sí, a veces una sola serie te hace el año, y ese es el caso de Peaky Blinders.
A ver, primero vamos a ubicarnos. Estamos en Birmingham, en 1919 (época interesante, a ver quién dice que no), con todos los cambios y traumas dejados por la Gran Guerra, en medio del hollín y el horror de una zona convulsionada, con sus propias normas, y una repartija de poderes que no puede augurar nada bueno.
Tenemos a la familia Shelby, ama y señora de buena parte de la ciudad, poderosos por sus negocios de apuestas ilegales y contrabando. No hay quien no les tema, y si los hay, pues se cuidan mucho de demostrarlo, y si lo demuestran, bueno, que se vayan con cuidado porque uno no va metiéndose con los Shelby y sale indemne.
El líder de la familia es Thomas Shelby, interpretado por un extraordinario Cillian Murphy, un actor que tiene una hoja de vida que habla muy bien por él, pero que aquí se supera a sí mismo. Tommy es un personaje complejo, casi parece carecer de sentimientos y los ojos y falta de expresión de Cillian ayudan mucho para dar esa imagen, pero no, desde el principio sabemos que hay mucho por excavar en este personaje, un hombre torturado por la guerra, con un concepto de familia básico y visceral que pone los pelos de punta. La historia gira en gran medida alrededor de él, y es una delicia.
Pocas veces se ven buenos personajes femeninos en series como esta, y qué gustazo encontrarme con uno como el de la tía Polly, en manos de Helen McCrory que está que se sale. Cada vez que aparece en pantalla dan ganas de pararse y aplaudir porque es así de buena, y sus diálogos deben de ser de los mejores que he disfrutado. Su sentido de la lealtad familiar es conmovedora, mataría por cualquiera de los suyos, y es el ancla del clan Shelby.
Están también los hermanos John y Arthur Shelby, activos en el negocio familiar, y ambos tienen su propia historia, uno fuerte y otro no tanto, uno violento y el otro también; sirven de contrapeso para las acciones de la familia. Mención especial para Paul Anderson, que interpreta a Paul, un actorazo del que voy corriendo a buscar su filmografía.
Una historia como esta necesita un villano a la altura y tenemos uno fantástico, tanto que cada que aparece en pantalla dan ganas de matarlo, ¿no es ese buen indicativo? Sam Neill es Chester Campbell, un inspector enviado luego de su triunfo frente a las facciones del IRA en Irlanda que tiene por misión principal recuperar cierto cargamento que los Peaky Blinders tienen en su poder. Campbell es un personaje atroz, brutal, con un sentido de la justicia sin brújula y que tiene un desprecio absoluto por la familia Shelby. Obviamente, nada bueno saldrá de allí.
Tenemos otros personajes interesantes, como Grace, una cantinera empleada en el bar que acostumbra visitar la familia Shelby, The Garrison, que tiene una importancia tremenda en la historia. Freddie, compañero y amigo de Thomas Shelby, también ex combatiente y un comunista hasta los huesos que inspira sentimientos contradictorios, o al menos eso ha pasado conmigo. Ada Shelby, hermana de Thomas, una joven de carácter propio de su familia que arma tremendo lío al relacionarse con Freddie. Y así podría nombrar a muchos más, seguro me olvido de alguno importante, pero es una de las mejores cosas de esta serie, que no hay personaje que te deje indiferente; te gusten o no, todos tienen algo.
La trama, los guiones, la fotografía, todo es espectacular. Y tengo que hacer mención especial a la música; esta serie tiene una de las mejores bandas sonoras que he oído en mi vida; nada de música de la época, han apostado por música contemporánea, y cómo se la han jugado, pero qué bien les ha ido. Escuchar a Nick Cave en medio de una guerra de pandillas te pone la piel de gallina.
¿Se nota que me ha gustado? Seguro que sí, y confío en que se animen a verla, porque tiene solo seis capítulos de una hora cada uno, y la segunda temporada ya ha sido confirmada. Les dejo el trailer.