Acabo de caer en la cuenta que pasé unos días fantásticos en la Feria Internacional del libro de mi ciudad y no he compartido nada al respecto, lo que es terrible de mi parte, pero ahora mismo lo soluciono.
Siempre espero la feria con muchas ganas, como imagino le pasará a todos los amantes de los libros. Por lo general es una oportunidad maravillosa para encontrar muchas novedades, así como clásicos y obras que en otras circunstancias resulta un poco complicado hallar. Además, es usual dar con algunas ofertas irresistibles que bien vale aprovechar. Creo que la edición de la feria de este año ha sido una de las mejores que recuerdo porque, aunque suene extraño, en otras ocasiones el libro en sí, ese maravilloso instrumento alrededor del cual debe girar todo acontecimiento como este, quedaba un poco relegado en favor de otras muestras que quizá no fueran las más pertinentes en el momento; con ello me refiero a personajes mediáticos que pululan por todas partes restando atención a lo que verdaderamente importa, pero como menciono líneas más arriba, no ha sido este el caso en esta edición, y muy feliz por ello.
Fui en dos ocasiones, una de ellas en supuesta misión de reconocimiento con el fin de ver lo que podría encontrar por allí para adquirir en una futura visita... pero no, desde luego que una vez estuve frente a todos los stands repletos de libros, la misión de reconocimiento mutó en una versión algo atarantada del Desembarco en Normandía. En serio, nadie puede culparme, ¿cierto? De modo que me hice con un botín maravilloso que me obligó a regresar a casa con los brazos atiborrados de bolsas y una sonrisa de boba maravillosa. En mi segunda visita, ya más tranquila, y el hambre lectora saciada, logré asistir a una fantástica charla de la autora estadounidense Susan Orlean que disfruté enormemente.
Pero bueno, ahora mostraré el botín, con algunos libros ya leído e incluso reseñados por estos lares, y por otros, y algunos también que esperan pacientemente por mí. Sobra decir que no los dejaré esperar por mucho.
Desde ya, mil disculpas por la calidad de las fotos; las cámaras y yo no tenemos las mejores relaciones, pero se hace lo que se puede.
De arriba a abajo y de izquierda a derecha, tenemos:
El huérfano, de Charlotte Brontë: Tengo muchas ganas de
leerlo porque es uno de los primeros trabajos de esta autora, parte de la saga Verdópolis, que desarrolló junto a su hermano Bradwell.
Sentido y sensibilidad, de Jane Austen: Y ustedes dirán, sin
que les falte razón: “¿Pero no tendría Claudia ya este libro…?” Pues sí, pero
no esta edición, y en verdad estaba muy rebajada, y mi otra edición necesita
cuidados, no es cosa de abusar y ajar los libros… podría inventar excusas por
horas.
Ethan Frome, de Edith Wharton: Compra por impulso y sentido
común. Me gusta mucho el estilo de Wharton, así que cuando vi este libro no lo
pensé mucho. Luego de leerlo, sé que no podría hacer tomado mejor decisión. La reseña
está aquí, por cierto.
Un niño prodigio, de Irene Nemirovsky: Aquí decidí dar un
salto de fe. No he leído aún a esta autora, pero forma parte del reto
Escritoras Únicas y pensé que me vendría de maravilla para estrenarme con ella.
La mujer gris, de Elizabeth Gaskell: Un cuento gótico de una
autora estupenda; desde luego que no podía haber pierde con él, y no lo hubo,
como menciono en esta reseña.
Lady Johanna, de Julie Garwood: Romántica como soy, me di el
gusto de comprar algunos títulos del género que me fueran desconocidos para así
estrenarme con autoras ya consagradas y Julie Garwood es una de ellas. Leí la
novela hace unos días y me gustó muchísimo; en realidad, he encontrado más
interesante el tema de la mujer en una época complicada que el romance en sí,
algo muy curioso.
Una condesa poco común, de Jo Beverly: Otra autora con la
que me estreno, aún no lo leo. La portada me parece preciosa.
La prometida del duque, de Julia Quinn: Me gusta mucho esta
autora, creo que sus libros son divertidísimos, y aunque este, ya leído, no
está entre sus mejores trabajos, ha resultado muy entretenido. Reseña por aquí.
Oscar Wilde y el club de la muerte, de Gyles Brandreth:
Hasta ahora, una de las joyas del botín; no imaginé que iba a gustarme tanto. La
reseña se encuentra por aquí.
Al límite, de Pamela Clare: Me han hablado bien de esta
autora de romance y vi este libro a tan buen precio que no dudé al llevarlo a
casa; veremos si cumple con mis expectativas.
Josefina, de Bernard Chevallier: Una biografía de la amada
de Napoleón Bonaparte que pinta muy, pero que muy bien. Es un personaje de la
historia interesante y disfrutaré conocer algo más de sus facetas menos
comentadas, lo que promete este libro.
La hija del verdugo, de Oliver Pötzsch: Recuerdo haber leído
muy buenas reseñas para este libro hace un tiempo ya, y la sinopsis es
interesante, así que le tengo muchísimas ganas.
El señor Todoazul: abrillantador de placas callejeras, de Monika Feth: Un libro ilustrado precioso que no pude resistir comprar;
desde luego que ya fue a parar a manos de mi sobrina más querida.
Odio sostenido, de Nelson de Oliveira: Una serie de cuentos
que quizá no hubiera comprado por impulso, pero el hecho de ser parte del
catálogo de una editorial peruana, con las poquitas que hay y lo duro que
trabajan para llevar una obra al público, bien vale darle una oportunidad.
El cielo en un infierno cabe, de Cristina López Barrio: He
visto algunas reseñas para esta novela y me la recomendaron en la feria como
una buena historia con un fuerte toque de Realismo mágico, así que no pude
resistirme.
La evolución de Calpurnia Tate, de Jacqueline Kelly: Me di
el gusto de comprarlo después de tenerlo por mucho tiempo en la lista y tanto me
gustó que cuando regresé a la feria aproveché para hacerme con otro ejemplar
para obsequiar a una de mis mejores amigas; es un libro precioso que debo reseñar
pronto y recomendar a medio mundo.
La vida cuando era nuestra, de Marian Yzaguirre: Otro libro
que he visto pululando con muy buenas reseñas, así que no lo pensé mucho al
verlo y le hice un lugarcito en la biblioteca. Muero por ponerme con él.
Bueno, eso es todo. Como verán, fue un gran botín y ya he
empezado a disfrutarlo. ¿Los conocen? ¿Han leído alguno? ¿Por cuál debería ir
corriendo?