Hace muy poco me llegó el poemario A la Hora del Pan con Chocolate, que Concha Morales, escritora, y también bloguera amiga, tuvo la gentileza de obsequiarme. En un primer momento, cuando recibí su comentario, haciéndome saber que me lo quería mandar, me quedé muy sorprendida, porque me dije: "¿Qué persona tiene un gesto tan generoso con alguien a quien ni siquiera conoce?". Bueno, pues la clase de persona que es capaz de escribir algo tan hermoso, cálido, y lleno de amor.
Me gusta la poesía, y admiro a quienes son capaces de escribirla porque a mí se me da fatal. Pero mi favorita es aquella que no busca artificios ni palabras rimbombantes para llegar a tu corazón, para lograr que nos sintamos identificados con los versos, y por eso cada uno de estos "veinte retratos de la infancia" han calado muy hondo en mí.
Este libro escrito por Concha es un homenaje a la memoria de su abuela, cuyo retrato ilustra la portada; a los momentos compartidos; "a la hora del pan con chocolate".
Carmen, de Carmen y amigos, reseñó muy sabiamente el libro, como hace siempre, y mencionó que es un libro para degustar como un delicioso bocado, pero debo confesar que cuando lo tuve entre mis manos, lo primero que hice fue leer un poema tras otro, me lo llevé al pecho, di un buen suspiro, y lo empecé de nuevo, dándome un momento entre uno y otro para dejarlo entrar cálidamente en mi corazón, y traer a mi memoria todos los recuerdos que tanto atesoro.
Pensé en la abuela con la que compartí chocolate caliente y rosca en pleno verano, solo por no dejar jamás la costumbre de celebrar Bajada de Reyes, en los momentos cómplices en la cocina, en las tardes frente a la tele... y pensé también en la otra abuela a quien casi no recuerdo porque la perdí demasiado pronto, pero que me ha dejado una sensación inmensa de ser amada que no me abandonará nunca.
Le he pasado el libro a mi padre, y él ha recordado a su madre; lo mismo le ocurrió a la mía con su abuela. Creo que esto es clara prueba de la maravillosa forma en que Concha logra con estos poemas reavivar los recuerdos de las personas cuyo cariño significa tanto para nosotros, y le estoy muy agradecida por compartir este don suyo.
qué bonito y sobre todo que alegría el haberlo disfrutado tanto, seguro que Concha se pone contentísima! Un beso!
ResponderEliminarMmm visto así llama mucho!parece de las novelas que te llegan.
ResponderEliminarUn beso!
La maravilla del mundo virtual..., encontrar personas cálidas y generosas que con sus palabras (poemas) despiertan bellos recuerdos.
ResponderEliminarVoy a buscarla.
Besos!!
Como sabes lo he leido y me ha encantado. Koncha es una escritora fabulosa y una persona formidable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay que hermoso debe ser ese libro, me alegra que lo hayas disfrutado!!
ResponderEliminarMe hizo acordar también que mi abuela me hacía chocolate caliente!!!!!!!!!!!
mmmmmmmmmmm que lindo recuerdo, el chocolate y mi abuela, gracias Aglaia por esta entrada!!!
Que tengas un bello día, por aquí llegó la ola polar, jaja
Besito
Roos
Has conseguido transmitir claramente lo que el poemario te ha transmitido, el título ya resulta muy sugerente porque qué niño no ha comido pán con chocolate, son recuerdos que se asocian con nuestros mayores que nos cuidaban con cariño y sin prisa y con los que compartiamos tiempo alrededor de la mesa de la cocina o en el patio de la casa de verano, me crie con mis abuelos y no creo que pueda desear una infancia más felíz.
ResponderEliminarFelicito a Concha por sus bellos poemas.
Un beso.
Quizás como dices no se te de escribir poesía, pero tienes don de palabra pues te expresas muy bien haciendo que tus palabras también lleguen muy adentro cuando haces tus relatos. BESOS
ResponderEliminarA todos los hemos leido sus poesias, nos ha hecho retroceder a nuestro pasado más reciente, con nuestras abuelas al calorcito de la chimenea y nuestro pan con chocolate. Preciosa reseña, besitos
ResponderEliminarNo podía ser de otra manera. Tenía que encantarte, Aglaia!
ResponderEliminarBesos y muchas gracias por la mención!
Gracias por las visitas!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarSi, acá también tenemos ola polar y nieve en el sur. Yo también quisiera un poquito de nieve por mi casa, nunca vi nevar, pero sin que perjudique a nadie no?
Besotes y a abrigarse!!!!
Roos
Me alegra que te haya gustado y se lo hayas pasado a tu padre.
ResponderEliminarAl menos, habrás tenido alguien con quién conversar sobre el mismo y sondear lo que sintieron ambos.
Besos.
Claudia, discúlpame por no haber contestado antes a tu reseña, pero llevo unos días ocupada y no me he podido pasar a ver a tod@s mis amig@s habituales. ¡Qué hermosa reseña has escrito! Me hace una ilusión tremenda cada vez que leo una crónica como la que tú me dedicas. Como digo siempre, mi abuela, allá donde esté, andará emocionadísima al ver que sus recuerdos y vivencias provocan, al cabo de los años, tantos y tan bonitos recuerdos. Un besazo y muchas gracias.
ResponderEliminar¡¡Qué bien te expresas cosa linda!! Poemas... umhhh algún día yo también escribiré poemas... ya verás como lo conseguiré!! Bss
ResponderEliminarEste es un libro que vale la pena
ResponderEliminaresas remembranzas son dificiles de lograr si no se escribe con sencillez
lo busco
besos