Bueno, a estas alturas seguro que deben de saber qué pasó el día de las elecciones por aquí, cuáles son los resultados y supongo que no se extrañarán al saber que me siento decepcionada y muy triste al respecto.
Pienso que somos especialistas en dispararnos a los pies, y que luego no hacemos más que quejarnos del gobierno que elegimos, y uso el plural porque no creo que tenga importancia por quién voté, en mi opinión la sociedad en general tiene responsabilidad de lo que ocurre en su país.
Ahora, confieso que he llorado un poco, que sigo estando deprimida cada que pienso en lo que nos espera, y quisiera estar exagerando, pero no, no creo que lo haga en lo absoluto. Tengo la plena seguridad de que pase lo que pase en la segunda vuelta, en lo que a política se refiere, no podríamos caer más bajo.
Pero ahora quiero pensar en algo más, que el domingo por la noche le preguntaba a mi padre qué íbamos a hacer ahora, y me dijo que después de todo lo que hemos pasado, no creía que fuera a pasar nada que no pudiéramos capear; y algo de razón tiene, porque con todo lo que ha visto, supongo que para él esto no es nada de nada.
Y me acordé también de algo que llamó mi atención el domingo que fui a votar.
Verán, en parte por desidia, y también por acompañar a mi padre, que vota en el mismo lugar que yo, no he cambiado la dirección de mi DNI, así que continúo votando en un distrito que es muy grande, que si lo hiciera en el que corresponde a mi dirección, pues sería más sencillo ir, pero pienso cambiarlo cuando mi padre ya no tenga la obligación de ir a votar por la edad, y entonces iré sola a donde deba.
El punto es que fui a eso de mediodía, con un sol muy fuerte, y vi a mucha gente que además de sufragar, claro, se dedicaban a hacer negocio. No es nada del otro mundo, o que no ocurra en cada rincón del planeta, pero siempre he tenido la impresión de que el peruano es muy fuerte y le saca ventaja a las mayores adversidades.
Que metemos la pata, pues sí, y mucho; pero somos un más que eso.
Un día de votaciones en el que muchas personas dejan la comodidad de su hogar para salir a trabajar y sacarle provecho a la fecha, vendiendo mil cosas con todo el calor de un día tan soleado como este, el que familias completas saquen mesas de sus casas para atender a extraños y hacerse un dinero extra, cuando podrían estar de paseo, habla tan, pero tan bien de ellos...
Y por la noche, al ver las noticias, si bien mucha gente está desesperanzada y con bronca, pero aún así se las arreglan para burlarse de la situación, reírse de nosotros mismos, y hacer bromas tontas, sí, pero bromas al fin, porque un pueblo como el peruano, si no pudiéramos reírnos de nuestra realidad, estaríamos perdidos, me pone a pensar en que pase lo que pase, vamos a estar bien.
Creo que llega un momento en que debes asumir lo que pasa, dejar la desolación, y enfrentar el día a día con entereza, que la vida es así, y ni modo, habrá que seguir para adelante, somos especialistas en eso.
Por otra parte, no me he pasado por sus blogs como quisiera, pero espero ponerme al día poco a poco, y dejar toda la mala vibra fuera; ya me tendrán dando lata como de costumbre.
Espero que pasen una linda semana, que apenas empieza prácticamente, y me pongo un poco "Paz y amor", que me encanta esta canción.
