Sinfonía de Silencios es una mirada al pasado, un flashback
a los años 90, una historia de amor entre un pianista y su alumna, envuelto en
Nocturno Póstumo de Chopin, en sueños bañados en chocolate y Licor 43. Rebobina
el cassette de tu adolescencia para recordar los años en los que soñamos,
vagamos entre la niñez y la madurez, en la que recordar un primer beso, y el
primer amor queda marcado en ti para siempre.
Aquí de vuelta con la reseña de una novela que tenía muchos deseos de leer, porque la sinopsis es muy interesante, y tiene un aire de nostalgia casi palpable que se siente también desde que empiezas la lectura en sí hasta la última página.
Esta historia gira alrededor de la protagonista, Laura, una joven que se presenta inocente, dulce, alegre, como tantas otras, y al mismo tiempo, muy especial; deseosa de descubrir el mundo, el amor, el significado de los sueños y a encontrarse a sí misma como persona. Laura se ve envuelta en un triángulo amoroso con un joven como ella, Néstor, un enamorado fiel, y su maestro de piano, que supone una gran influencia en su vida.
He leído algunas reseñas, todas muy positivas, por cierto, en las que mencionan precisamente lo que he sentido también al leer esta novela. La autora nos lleva de paseo por la nostalgia, nos recuerda aquellos tiempo de la escuela, la juventud soñadora, las ilusiones... En realidad, debo confesar que temía que al escribir acerca de lugares comunes para ella como española, no podría entenderla, que los nombres o hechos me resultaría muy ajenos, pero me di con la grata sorpresa de que no fue así; después de todo, los sentimientos son universales, y esa es la esencia de esta novela, que se complementa con una narración muy intimista.
Más allá de cuál es el destino de Laura, lo que le depara el futuro, siento que lo mejor de esta novela es la oportunidad de acompañarla a descubrirlo.
Le agradezco a la autora y a El club de las escritoras, por permitirme leerla.
