Hoy está de cumple una persona súper especial a la que quiero un montón y que conozco ya hace algún tiempo. Está soplando velitas la Princesa Fiona, del Pantano encantado, y no podía dejar pasar el día sin armar celebración como corresponde.
Obvio que empezamos con la mesa, porque qué sería de una buena fiesta sin algunas cosillas para picar, bebidas para compartir, y por supuesto que la torta no puede faltar.
Luego van llegando los invitados y allí sí que les dejo a las queridas amigas que escojan a su pareja si es que han preferido llegar solas; hay muchos caballeros en espera de una dama para poder bailar; miren nada más a Hugh que hasta ha hecho llamar al sastre. Desde luego, Fiona, que puedes escoger primero, que eres la homenajeada, aunque supongo que vendrás con el querido Shrek, pero igual seguro que no se moleste si le concedes un baile a uno de nuestros visitantes.
No sean tímidas, que ninguno muerde, al contrario, están muy emocionados, diría que demasiado, pero la intención es lo que cuenta.
Si prefieren a un Mr. Darcy, allí tienen a un trío maravilloso para escoger, dependiendo de gustos, y así nadie se queda sin pareja.
Tengan cuidado, eso sí, con los pisotones, que no deseamos pies adoloridos, y lamentablemente no todos son muy duchos en el baile.
Pero hay otros que sabrán llevarles con mucha más gracia y sin peligro para sus pobres pies, así que no se asusten.
No faltan por allí algunos exhibicionistas, pero seguro que por mirar no habrá problema y mientras no armen lío que sean felices.
Eso sí, evitemos excesos, que al día siguiente no queremos terminar así:
Y como la música no podía faltar en esta fiesta, el mismísimo Jason Mraz te ha venido a cantar. Espero que te gustara la pequeña fiesta, Fiona, y que tengas un día estupendo.
