Esta mañana nos dejó Niki, la compañera más fiel y buena que cualquiera hubiera podido desear. Estuviste a mi lado la mitad de mi vida y aunque ahora me parte el alma el no tenerte aquí con nosotros, nada podrá borrar todos los momentos preciosos que nos diste.
Me quedo con tus ladridos, con tu movida de cola, con la cara más tierna del mundo y esas bienvenidas que ya nadie me dará, pero te juro que nunca voy a olvidarte, ninguno lo hará; no sólo está cerca tu cuerpo, tu corazón está con nosotros.
Te quiero con todo el alma, mi Niki, duerme tranquila, preciosa, te veré pronto.