28 abril 2014

COMO AGUA PARA CHOCOLATE: LAURA ESQUIVEL



Una novela sorprendente, inolvidable, cuyo tema gira en torno a un amor imposible para cuya consecución la protagonista recurrirá a las artes culinarias. Bajo la apariencia de un folletín por entregas y encabezando cada capítulo con una receta, esta historia mágica convierte la gastronomía en un código de sensualidad cargado de penetrantes aromas, de colores deslumbrantes.

Tita es la pequeña, vive en un rancho con sus hermanas y sus sirvientas, y pese a saberse condenada a no poder gozar del amor por tener que hacerse cargo de su madre, no renunciará a Pedro. Él también la ama, pero se casará con su hermana Rosaura para poder seguir cerca de ella. Tita se refugia en la cocina y se entrega a la elaboración de platos mágicos capaces de transformar las emociones y el comportamiento de quienes los prueban, a la espera de que su trágico destino se cumpla.



Cuando un libro es muy conocido, te hablan tan bien de él y pasa casi a formar parte del imaginario popular, es indudable que cuando al fin cae en tus manos y das vuelta a la primera página, vas con unas expectativas muy altas. Lamentablemente, por seductora que pueda resultar la idea, en verdad es un arma de doble filo, porque al final puedes ver esas expectativas más que satisfechas, o te puedes llevar un chasco que te llevará a preguntarte si el problema proviene del libro en sí o de una como lectora. Eso me ha ocurrido con Como agua para chocolate.

La premisa del libro es muy interesante. Tita, la más pequeña de su familia, nació entre fogones y nada le gusta más que volcar sus conocimientos en la cocina; para ella es una forma de honrar sus tradiciones, compartir lo que mejor sabe hacer con sus seres queridos y, en cierta medida, liberar sus emociones en esta actividad. Pero Tita tiene buenos motivos para ver su futuro con poca esperanza; según una tradición de su familia, la hija menor debe renunciar al matrimonio para quedarse a cuidar de su madre en la vejez, y en este caso la madre en cuestión es una matriarca imponente, autoritaria y agresiva, la horrenda Mamá Elena. Lo peor del caso es que Tita debe enfrentarse a esta costumbre absurda muy pronto, porque se enamora siendo muy joven de Pedro, un joven del pueblo que la quiere tanto como ella a él, pero ven pronto frustradas sus esperanzas de poder casarse. Mamá Elena se niega terminantemente al matrimonio y "ofrece" a su hija Rosaura en lugar de Tita para que se case con Pedro, a lo que él acepta con la peregrina idea de que así estará cerca de su verdadero amor. 



La narración es curiosa y quizá sea lo que más me ha gustado de la obra. La autora inicia cada capítulo con una receta, una real y todas muy propias de su país, con costumbres ancestrales, y va hilando la historia con los procedimientos para preparar los platillos que tienen una importancia muy especial en los acontecimientos que se van desarrollando.

Ahora toca señalar varios puntos que en lo personal no me han terminado de convencer.

En primer lugar, la protagonista. Me temo que no he logrado congeniar con ella porque pese a que me inspiró mucha lástima el que se viera en una situación tan terrible por culpa de la madre, no he podido seguir el hilo de sus actos; la mayor parte del tiempo me desesperaba en todo sentido y no cabe achacar el hecho a su juventud, porque he leído muchas novelas protagonizadas por jóvenes personajes, y desde luego que la escasa edad y experiencia nos lleva a cometer muchos errores, pero el comportamiento de esta chica, al menos para mí, no hizo más que ir de mal en peor. Lo lógico hubiera sido que el personaje creciera según avanzaba la narración, y la protagonista acumulaba experiencias, pero esto no ha sido así, y es una verdadera lástima. Al girar todo alrededor de ella y no encontrar un solo punto con el cual empatizar, resulta complicado que puedas apreciar la historia.



Luego está el tema de la historia de amor, y aquí algo curioso. Con frecuencia me han hablado de Como agua para chocolate como si fuera una historia de amor, pero a mí no me lo parece, o en todo caso, no es un amor que merezca ser resaltado. Por la sinopsis se darán cuenta de que si un hombre se casa con la hermana de la mujer que quiere tan solo por estar cerca de ella sin importarle ir en contra de sus sentimientos, y aún peor, el hecho de que pueda lastimar en el proceso a la mujer que lo acepta como marido, pues no me parece un personaje muy admirable; la verdad es que el comportamiento de Pedro en todo el libro me ha parecido deleznable y es poco decir. Lo veo débil, cobarde, convenido y siguen adjetivos... Y aún así, Tita lo ama y le perdona todo sin importarle a cuántas personas hiere en el proceso y cómo sus sentimientos son traicionados una y otra vez, asumiendo que él no tenía otra alternativa, lo mismo que ella, un argumento muy fácil de rebatir. 

Y por último, el tema de los giros sin ton ni son de la trama, hechos que parecen imposibles y exageraciones varias. Me gusta el realismo mágico, si no fuera así no me consideraría una admiradora de Gabo o disfrutaría tanto la prosa de Isabel Allende; pero creo que a Laura Esquivel, por usar una expresión común en su obra, simplemente se le fue la mano y no supo cómo hilar para que la magia no le ganara la partida y lograra unirse a la realidad para crear una obra coherente, lo que no está peleado en lo absoluto con la fantasía.

En fin, como ven es un libro que me ha generado muchas emociones, y quizá eso signifique que su lectura no ha resultado tan negativa para mí, porque toda obra que te inspire diversos sentimientos es buena. Ahora, que estos no resulten precisamente positivos, esa ya es otra historia... Pero eso sí, me guardo las recetas porque son buenísimas. 

¿Ustedes lo han leído? ¿Les convenció?

21 abril 2014

MI PLANTA DE NARANJA LIMA: JOSÉ MAURO DE VASCONCELOS



De mayor Zezé quiere ser poeta y llevar corbata de lazo, pero de momento es un niño brasileño de cinco años que se abre a la vida. En su casa es un trasto que va de travesura en travesura y no recibe más que reprimendas y tundas; en el colegio es un ángel con el corazón de oro y una imaginación desbordante que tiene encandilado a su maestra. Pero para un niño como él, inteligente y sensible, crecer en una familia pobre no siempre es fácil; cuando está triste, Zezé se refugia en su amigo Minguinho, un arbolito de naranja lima, con quien comparte todos sus secretos, y en el Portugués, dueño del coche más bonito del barrio.

Publicada por primera vez en 1968, Mi planta de naranja lima es la emocionante historia de un niño al que la vida hará adulto precozmente. En esta novela, José Mauro de Vasconcelos recreó sus recuerdos de infancia en el barrio carioca de Bangú con un lirismo y una ternura que cautivaron a los lectores desde su aparición y que la han convertido en uno de los libros más leídos de la literatura brasileña contemporánea.



Este es uno de los pocos libros que fui "obligada" a leer en la escuela y que disfruté de principio a fin; tanto, que cada cierto tiempo me animo a sumergirme en una relectura para volver a vivir la historia de Zezé y acompañarlo en sus aventuras.

La narración de esta historia es muy sencilla, pero no por ello menos profunda; bien dicen que la grandeza radica en la sencillez y la claridad con la que un autor puede llegar al lector, sin necesidad de artificios, tan solo desnudando su corazón y compartiendo su mundo interior. Eso es lo que consigue aquí José Mauro de Vasconcelos, con esta historia infinitamente triste, y al mismo tiempo hermosa, en la que retrata parte de su niñez y los acontecimientos que lo marcaron de forma especial, los mismos que trazaron el camino que seguiría en el futuro. 



Zezé es José, el hijo de Don Pablo, un niño con una imaginación desbordante, una ternura infinita y travieso como él solo. Vive con sus padres y hermanos, y nos va relatando la vida diaria de su familia a base de anécdotas, algunas alegres, la mayor parte de ellas dolorosas, pero todas muy conmovedoras. Siendo una criatura, es ya lo bastante listo para ser admitido en la escuela, se le conoce como un "fenómeno" ya que aprendió a leer sin ayuda, y pronto descubre la maravilla de aprender. Su padre está desempleado y vuelca su frustración en la vida diaria, mientras su madre se ve en la necesidad de trabajar de sol a sombra para mantener a su familia a duras penas. Zezé conoce de privaciones, sabe lo que es el hambre y anteponer a los demás a sus deseos, por duro que pueda resultar. Trabaja, como muchos otros niños en su situación, sin perder del todo esa inocencia que lo caracteriza, la misma que lo hace un niño encantador, pero, que por contradictorio que pueda parecer, enfurece a quienes les rodea, y esto es algo que me duele tanto como comprendo. A veces, estamos tan inmersos en el dolor de la vida diaria, de las privaciones, lo vemos todo tan negro y sin esperanza, que un niño como él puede ser visto como un rayo de luz que ciega, y así como habremos quienes nos veamos atraídos por él, habrá también quienes lo verán con temor, quienes querrán apagar esa luz para hundirse en la oscuridad.



Conocemos a muchos personajes de la mano de Zezé, y todos tienen un "algo" que les dota de autenticidad, que los hace sentir cercanos. Un padre difícil y poco cariñoso, una madre abnegada, el hermano pequeño al que siendo él también casi una criatura cree que debe proteger, la hermana generosa, la que no lo es tanto y guarda mucha amargura en el corazón; los vecinos del barrio; los maestros y compañeros de la escuela; pero sobre todo, un personaje en particular, el que marca como nadie a Zezé, quien se convierte en la persona más importante en su vida: Portuga.

No quiero develar mucho de la historia, por si no la conocen, pero basta con decir que es un libro cortito y entrañable que vale leer, que te deja con una sensación agridulce que te hace preguntarte cuánto debemos proteger a los niños de los horrores del mundo, y cuánto podemos aprender de ellos y su inocencia. Aunque el final no es precisamente alegre, y te deja con la angustia de saber qué es de Zezé, al ser esta en gran parte una autobiografía, esta obra nos responde esa duda y nos deja con una enorme sensación de esperanza y fe en la humanidad. Porque Zezé es José Mauro de Vasconcelos, y pese a la terrible niñez que le tocó en suerte, se convirtió en el hombre que nos obsequió su hermosa historia.  

14 abril 2014

LA SOMBRA DEL VIENTO: CARLOS RUIZ ZAFÓN



Un amanecer de 1945 un muchacho es conducido por su padre a un misterioso lugar oculto en el corazón de la ciudad vieja: El Cementerio de los Libros Olvidados. Allí, Daniel Sempere encuentra un libro maldito que cambiará el rumbo de su vida y le arrastrará a un laberinto de intrigas y secretos enterrados en el alma oscura de la ciudad.

La Sombra del Viento es un misterio literario ambientado en la Barcelona de la primera mitad del siglo XX, desde los últimos esplendores del Modernismo a las tinieblas de la posguerra. La Sombra del Viento mezcla técnicas de relato de intriga, de novela histórica y de comedia de costumbres pero es, sobre todo, una tragedia histórica de amor cuyo eco se proyecta a través del tiempo. Con gran fuerza narrativa, el autor entrelaza tramas y enigmas a modo de muñecas rusas en un inolvidable relato sobre los secretos del corazón y el embrujo de los libros, manteniendo la intriga hasta la última página.





"Una de las trampas de la infancia es que no hace falta comprender algo para sentirlo. Para cuando la razón es capaz de entender lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas".









Me lamentaba en mi última reseña por haber sufrido una pequeña decepción respecto a un libro, y como mencionaron en algunos comentarios, más valía buscar una nueva obra con buen ánimo y en espera de encontrarme con una historia que borrara toda desilusión. Bueno, seguí sus consejos, tomé un nuevo libro del estante con ánimo renovado, ¿y qué creen? Me encontré con una de las mejores historias que he tenido el gusto de leer, una que se hizo un lugar entre mis favoritas. 

La sombra del viento es un libro muy conocido, quizá sea de las escasas personas que sabían muy poquito de él, más allá del éxito que cosechó en su momento y cuán famoso hizo a su autor, Carlos Ruiz Zafón. 




"Los libros son espejos: sólo se ve en ellos lo que uno ya lleva dentro."






Por lo que deducen de la sinopsis, la trama es muy interesante, está ubicada en un periodo de la historia que tienta a cualquiera, pero sobre todo, y esto es algo que se aprecia al leerla, está narrada de forma exquisita. No puedo imaginar en qué género ubicarla, porque tiene algo de novela negra, otro tanto de romance, mucho misterio, acción por montones... digamos que no importa cuál sea nuestro género favorito, no hay cómo no encontrar algo que nos llame y, una vez que empezamos el libro, no hay forma de no ser atrapados por la magia de esta historia.

Cualquier amante de los libros se sentiría seducido por la mención a un lugar llamado "El Cementerio de los Libros Olvidados", ¿cierto? Pues allí empieza la historia de Daniel Sempere, un niño huérfano de madre a quien su padre, un amable y generoso librero, lleva para que conozca la magia de esos libros escondidos, los que están a la espera de que uno llegue a su encuentro para colarse en nuestros corazones. En el caso de Daniel, el libro que espera pacientemente por él es La sombra del viento, de un tal Julián Carax, autor casi desconocido que se convierte de inmediato en fuente de obsesión para nuestro protagonista. Al iniciar la búsqueda de este misterioso y talentoso creador, se verá envuelto en fabulosas aventuras, descubrirá los más increíbles secretos, y se pondrá en peligro más de una vez. 



"El destino suele estar a la vuelta de la esquina. Como si fuese un chorizo, una furcia o un vendedor de lotería: sus tres encarnaciones más socorridas. Pero lo que no hace es visitas a domicilio. Hay que ir a por él."






El autor crea unos personajes fascinantes. Daniel es un muchacho a quien conocemos de pequeño y a quien vemos crecer, adoptando una personalidad encantadora, aunque ello no lo hace perfecto, por el contrario, y eso resulta muy interesante. El padre de Daniel es también un personaje muy bien construido, que conmueve y por quien es imposible no sentir verdadero aprecio. Fermín Torres, más que un personaje es un ser humano excepcional que no puede menos que encantar; algunos de los mejores momentos del libro lo tienen a él como protagonista. Beatríz Aguilar, Clara Barceló, el inspector Fumero, Nuria Monfort, el guardián del Cementerio de los libros olvidados... podría mencionar a cada personaje nombrado en el libro y cada uno tiene un "algo" que lo convierte en excepcional. Y desde luego está Julián Carax, a quien iremos conociendo según lo haga Daniel. 

Cuesta hablar de este libro sin develar sus misterios, uno de sus puntos fuertes, ya que es fantástico avanzar en la narración y encontrarte con giros inesperados, por lo que los invito a descubrirlos de la misma forma en que lo hice yo. Estoy segura de que disfrutarán perderse en este periodo de la historia e ir de la mano de Daniel en busca de las muchas respuestas a las preguntas que su búsqueda le plantea. Si no lo han hecho ya, atrévanse a conocer la historia de La sombra del viento y sus secretos. 

"La vida suele brindarnos aquello que no buscamos en ella."

07 abril 2014

EL ALBERGUE DE LAS MUJERES TRISTES: MARCELA SERRANO



Un grupo de mujeres chilenas se recupera de sus crisis sentimentales en un peculiar albergue sólo para mujeres a más de mil kilómetros de Santiago de Chile. Hacia allí parte la historiadora Floreana Fabrés, para poner sus ideas en orden, víctima de una aguda crisis de identidad después del fracaso de su matrimonio y de una nueva relación sentimental que ella había considerado fundamental. Floreana aprovecha su retiro para repasar su vida, su profesión, sus anhelos, sus fracasos, la relación con su hijo y con su familia, su radical y pesimista concepto del amor.



Compré este libro con mucha ilusión, interesada en estrenarme con Marcela Serrano, una autora chilena muy reconocida y pensé que este libro sería una presentación fantástica de su obra. Lamentablemente, no me fue muy bien, y ha sido una verdadera lástima. 

Al leer el título, la sinopsis, una se imagina que la autora podría retratar esas historias, las de aquellas mujeres a las que llama tristes, y rescatar un mensaje significativo; que nos ofrecería un retrato íntimo y cálido de sus angustias, sufrimientos, lo que les llevó a este punto, y ver ese renacer que siempre estamos buscando luego de superar circunstancias difíciles. Pero siento que aquí las mujeres del albergue en verdad ocupan un segundo plano, uno opaco y nada aprovechado. Creo que las partes del libro que más he disfrutado han sido precisamente en las que alguna de ellas tomaba la palabra y, algunas con timidez, otras con humor, nos develaban parte de su historia, pero me han sabido a pocas. 



El que el libro esté centrado de forma tan profunda en el personaje de Floreana, con quien no he podido conectar en lo absoluto, no ha ayudado a tener una mejor impresión. Es un personaje plagado de dudas, a quien veo pasar por muchas experiencias y no sacar nada de ellas, uno de esos seres a quienes parece que la vida les pasa por encima o por un lado, y se contenta con actuar por instinto, de acuerdo a las circunstancias sin mayor esfuerzo, sin importarle del todo cuál podría ser el resultado de sus actos.

Por otra parte, la autora se centra en una historia de amor que me parece ha salido sobrando, no porque tenga nada de malo, soy una romántica de la vida, y adoro estas historias, pero también pienso que en determinadas circunstancias necesitamos recuperarnos como personas, aceptarnos, amarnos y luego, cuando nos sentimos a gusto con nosotros mismos, podemos enfrentar una relación con madurez y sentido común. Eso es algo que no se ve en Floreana, por la simple y sencilla razón de que no estaba lista para ello, y lamento que la autora la involucrara en una trama que no venía a cuento, cuando ha podido centrarse en su crecimiento como ser humano gracias a ese albergue maravilloso del que habla en el título.

No es una lectura que descartaría así como así, ni diré que no la recomiendo, porque puede que otras personas le hallen un encanto que a mí se me ha escapado; y desde luego que intentaré con otra obra de Marcela Serrano, así que si saben de alguna que se animen a recomendar, encantada de leerlos. ¿Quién sabe? Tal vez tan solo hemos comenzado con mal pie.