Me gusta la mucha clásica como al que más, pero Chopin siempre ha sido mi favorito, no sólo por su genialidad sino por sus dotes de ser humano.
Cuando era muy jovencita vi una película de su vida y desde entonces me enamoré de él y su música. Era un hombre sufrido, frágil y con un gran amor por su patria, Polonia.
A los ocho años ya era un maestro al piano y componía como un verdadero genio.
No tuvo una vida fácil, le resultó difícil dejar Polonia y a su familia por otros países de Europa en los que la música fuera más apreciada. A pesar de la mala salud se entregó a la composición y luego a la enseñanza para subsistir.
Nunca soporté a George Sand por el modo tan cruel en que lo trató. Me resulta difícil separar al artista del ser humano y no importa qué tan buena fuera esa mujer de letras y cuanto colaborara con la revolución femenina, me parece despreciable en todo sentido. Para cuando Chopin la dejó ya el daño estaba hecho.
Igual él siguió con lo suyo, componiendo, enseñando y brindando conciertos en las cortes más aclamadas.
Antes de morir, tan solo con 39 años, le dijo a sus más fieles amigos:
"Encontraréis muchas partituras, más o menos dignas de mí. En nombre del amor que me tenéis, por favor, quemadlas todas excepto la primera parte de mi método para piano. El resto debe ser consumido por el fuego sin excepción, porque tengo demasiado respeto por mi público y no quiero que todas las piezas que no sean dignas de él, anden circulando por mi culpa y bajo mi nombre."
Gracias a Dios no lo hicieron, lo consideraban un sacrilegio y nosotros lo agradecemos, él habría comprendido.
Fue enterrado en París y según sus deseos, su corazón fue enviado a su amada Polonia.
Me gusta su música porque es misteriosa, romántica y muy apasionada; habla de tormento y nostalgia.
Esta es una de mis interpretaciones favoritas.