No quedé muy contenta con los últimos Emmy, porque no ganaron mis series o actores favoritos, salvo una que otra excepción, pero algo que me causó mucha curiosidad fue cierta película para televisión que ganó varios premios, no sólo como la mejor en su categoría, claro, sino también mejores actrices para Claire Danes y Julia Ormond. El título de la película es Temple Grandin, y si bien el nombre me sonaba de algo, no estaba segura de dónde lo escuché por primera vez. Esta producción es de HBO, y la estrenaron en junio, así que no tuve problemas para conseguirla, y me ha encantado.
Temple Grandin está basada en hechos reales, y narra la historia de una joven, que en los años sesenta, una época ya de por sí difícil para una mujer que desea estudiar, debe lidiar también con el autismo, aprender a vivir con él. Podemos ver el momento en que se le detecta la enfermedad, y como se le dice a la madre que la única medida es internarla, pero ella, una mujer de temple, se niega, y persevera en la educación de su hija, logra inscribirla en una escuela en la que pudiera desarrollarse, y donde conoce a un profesor que se convierte en su mentor y mejor amigo, quien la anima a asistir a la universidad, pese a la tremenda oposición de ella al comienzo. Porque Temple no entiende a la gente, no soporta el contacto humano, y prefiere la soledad, pero es increíblemente brillante, puede ver el mundo en imágenes, recordar cada cosa que ha visto en su vida en un instante, y aprende por asociación con una sencillez impresionante.
Lo que me gusta de la película, aparte de la excelente historia, y las actuaciones brillantes, es que no pretenden vendernos la clásica historia triste, de una persona aparentemente en desventaja, pero que lucha contra el mundo, y gana. Cierto, en gran medida, puede decirse que así fue, pero hay mucho más allá. No han temido mostrar a Temple tal como es, una mujer difícil, tal vez por su autismo, sí, pero nada agradable; nada de la heroína de siempre que te hará llorar a mares. Puede que ni siquiera consiga agradarte, a mi no me gustó, pero ella es así, y una no puede menos que admirarla por su coraje, independientemente de lo que te inspire en otro sentido. La historia es sencilla, cruda, honesta, todo eso que cada vez menos se ve en el cine. Leí por allí que si esta película se hubiera hecho para la pantalla grande, se hubiera llevado una buena cantidad de Oscar, pero que también era muy probable que entonces no hubiera salido esta obra tan buena.
Claire Danes, que es una actriz a la que adoro, está sensacional en el papel protagónico; Julia Ormond como su madre, también demuestra lo que ya se ve actualmente, y me alegra; muchas excelentes actrices que el cine de Hollywood ignora porque no son unas veinteañeras, han encontrado en la televisión un nicho de primera para continuar mostrando su talento, sólo tenemos que pensar en Glenn Close, Sally Field, Julianna Margulies, Edie Falco, y tantas otras que están triunfando en esta industria.
Tengo dos sobrinos postizos a los que no veo tanto como quisiera porque viven en el interior, pero que sufren de autismo, y si bien es una enfermedad difícil de llevar, tanto para ellos, como para quienes los rodean, esta clase de historia no puede menos que llegarte de un modo especial para darte cuenta de que nada es imposible, y que como en la historia de Temple, cada vez que nos encontramos con una puerta nueva, sólo debemos reunir el coraje necesario para cruzarla.
