Ya he comentado alguna vez que las historias modernas de vampiros me ponen en alerta, que soy más de clásicos, que me quedo con el Drácula maravilloso de Bram Stoker y todos contentos, pero de vez en cuando me encuentro con libros muy interesantes, que tienen ese algo que te llaman a leerlos y eso me ha ocurrido con Los Diletantes, de Antonia Romero, que supe de él y me causó muchísima curiosidad, sentí que iba a gustarme. Ahora, luego de haberlo leído, puedo asegurar que no iba desencaminada, porque me ha encantado.
Ada
tiene dieciséis años y acaba de perder a sus padres en un accidente. Desde que
despertó del coma tiene extrañas pesadillas que la atemorizan y cuando alguien
la toca recibe visiones de sus vidas. Su hermana se hace cargo de su tutela y
se la lleva a vivir con ella a un pequeño pueblo, cercano a Barcelona. Ada
intenta integrarse, y acepta retomar sus clases de piano con Andrew, un
misterioso y joven profesor que despierta en ella sentimientos contradictorios.
Pero cuando su piel roza la del joven inglés se muestra ante ella un personaje
de otra época, un accidente de caballo y su muerte. Andrew ayudará a Ada a
recordar lo que ocurrió realmente la noche en que murieron sus padres, le
mostrará un mundo de oscuridad en el que cuatro razas de vampiros pueblan la
Tierra. Descubrirá que su destino era ser una Diletante y tendrá que aceptar
una realidad de la que ya no puede escapar y en la que quizá no pueda
sobrevivir.
Tenía muchas ganas de leer algo de Antonia porque me he encontrado con reseñas fantásticas para sus novelas, así que cuando ella amablemente me permitió leer esta, no lo pensé dos veces. La premisa es interesante, y aunque como menciono líneas más arriba, las novelas contemporáneas de vampiros o cualquier otro ser sobrenatural me ponen un poco a la defensiva, cuando son bien llevadas, con un argumento original y personajes creíbles, vaya que se disfrutan.
No sé si lo he comentado alguna vez, pero uno de los aspectos en los que me fijo cuando leo una historia, algo que me importa muchísimo y que si falta sufro como una condenada, es que el autor me presente buenos personajes, que sean creíbles, que pueda sentirme identificada de alguna forma con ellos y pueda amarlos, quizá odiarlos, lo que sea, pero que me inspiren algo y eso me ha pasado aquí con Ada, la protagonista de la historia y también con otros de los personajes que componen la historia. Quizá al ser Ada el personaje principal, alrededor del que se teje la historia, es con el que mejor me he llevado, por usar una expresión y me alegra, porque es interesante el intentar ponerse en la mente de una joven de su edad, que ha pasado por experiencias tan traumáticas y que de pronto se ve enfrentada a un mundo nuevo para ella. La inclusión del personaje del profesor de piano, Andrew y la relación que se desarrolla entre ambos es también un punto a destacar. La fantasía que envuelve a la historia es más que creíble e incluso el romance entre los protagonistas surge de una forma que en lo personal encontré interesante y natural.
Otra cosa que me ha gustado mucho del libro y que me atrevo a suponer es marca registrada de la autora, es que la narración es muy ágil, dinámica, con diálogos que atrapan, de modo que antes de que te des cuenta ya estás del todo secuestrada por la historia y no hay forma de parar hasta que has llegado a la página final. A pesar de vernos inmersos en un mundo que en cierta medida nos puede parecer ajeno, las referencias a nuestra cultura, a nuestro día a día, incluso las musicales, nos hacen parte de la trama y nos encontramos pensando, por momentos, en la posibilidad de que acontecimientos tan asombrosos como los que relata la autora sí que podrían estar pasando frente a nuestros ojos. Después de todo, nada es imposible..
La autora ha presentado esta obra como la primera de cinco, un proyecto ambicioso que, estoy segura, sabrá llevar a muy buen puerto. Si esta novela es apenas la introducción de este místico mundo, no puedo menos que esperar con ansias cada nueva entrega.
Muchas gracias a Antonia Romero por permitirme leer su obra, que desde luego recomiendo.
