Vi un par de películas estos días aprovechando algo de tiempo libre.
Resulta que ambas, cosas del destino, fueron tremendos dramas, uno mejor que el otro.
Primero tenemos “The Blind Side”, película que le ha valido a Sandra Bullock el primer Golden Globe de su carrera y que la pone en la senda de nominadas a mejor actriz para los Oscar.
La película, basada en hechos reales, narra la historia de Michael Oher, un joven de constitución tan grande como su corazón. Vive con quien puede y en donde encuentre un lugar hasta que es recibido en una escuela gracias a la intervención del entrenador del equipo de fútbol americano, que ve en él la respuesta a sus plegarias: un atleta en potencia. El problema es que las personas, impresionadas por su tamaño y aparente fiereza, además de que al ser taciturno se le considera tonto, olvidan al ser humano necesitado de afecto y un hogar.
Es entonces cuando Sandra Bullock entra en escena. Interpreta a una madre de familia decidida y con un corazón inmenso que acoge a Michael como un hijo sin mayor trámite. Apoyada por su esposo e hijos, se entrega totalmente a ayudar al joven a cumplir sus sueños y lo más importante, a descubrir lo que significa formar parte de una familia que lo ama.
La historia es sencillamente hermosa y el hecho de que sea verídica y aún más, muy reciente, tan sólo logra conmovernos aún más. Sandra está gigantesca y se merece todos los reconocimientos que está recibiendo; ya en Crash había dado visos de su talento para el drama.
Los detalles o comentarios más aparentemente insignificantes resultan un verdadero gancho al corazón que te hará lagrimear sí o sí; la lucha de Michael por crecer como persona y la devoción a su nueva familia son un viaje que toda alma sensible debe emprender a su lado. Más que recomendable, dejo el trailer.
La segunda película es muy dura, no se me ocurre otra expresión para describirla porque tan sólo el inicio te envuelve en una bruma de desesperanza tal que la única manera de salir de ella es teniendo un corazón optimista y esa fe que nos mantiene siempre en pie a la mayoría de seres humanos.
The Lovely Bones es el último trabajo de Peter Jackson; creo que no dirigía desde el fin de la saga de “El Señor de los Anillos” y como debe ser vuelve por la puerta grande. A veces, abrumada por el éxito de la trilogía, olvido que este hombre fue el artífice de “Criaturas Celestiales” y su talento para crear historias intimistas y de temática fuerte como la que tuve la suerte de ver.
La película está basada en la novela de Alice Sebold, que cuenta la historia de Susie Salmon, una jovencita de catorce años que muere asesinada pero sigue observando a su familia en la Tierra. Susie no está en el Cielo aún porque se ha quedado en un mundo de transición desde el cual ve a sus padres destrozados por su pérdida, el modo en que afecta a todos sus seres queridos el no tenerla más a su lado y lo que es peor, es testigo impotente de cómo su asesino borra hábilmente las huellas del crimen y empieza a buscar otra víctima.
Todos los hechos son narrados por Susie desde el lugar en el que se encuentra sin esconder sus emociones. Siente dolor por su familia, le desespera la angustia de su padre que no puede aceptar su pérdida y hasta recuerda con tristeza el inocente amor que dejó en vida. Pero no todos son sentimientos nobles, porque también devela su rencor, la ira de haber sido arrancada de este mundo de una manera tan brutal. En cierto momento tendrá que escoger entre conseguir su venganza influyendo en su padre de un modo inexplicable o volcar todo el amor que siente por su familia para ayudarlos a que se unan nuevamente.
Como mencionaba, es una historia muy dolorosa y quien conozca a Peter Jackson sabrá que él no es la clase de director que cree en los clásicos finales felices; desde el principio sabemos que no lo habrá, no hay manera.
Lo único que se puede hacer es verla, porque sería un crimen ignorar una película como esta sólo por su contenido y lo más importante, escuchar a Susie. Esa niña habla con el corazón abierto y merece ser oída. Si tan sólo cada víctima de la violencia que se da todo el tiempo en el mundo tuviera la oportunidad de hacernos llegar su voz para conocer su dolor y le prestáramos la debida atención, seguro que otro sería el destino de la humanidad. De nuevo, no podemos obviarla porque la historia está muy bien llevada, por sus extraordinarias actuaciones y más que nada por lo que podemos aprender de ella.
Dejo el trailer.
Resulta que ambas, cosas del destino, fueron tremendos dramas, uno mejor que el otro.
Primero tenemos “The Blind Side”, película que le ha valido a Sandra Bullock el primer Golden Globe de su carrera y que la pone en la senda de nominadas a mejor actriz para los Oscar.
La película, basada en hechos reales, narra la historia de Michael Oher, un joven de constitución tan grande como su corazón. Vive con quien puede y en donde encuentre un lugar hasta que es recibido en una escuela gracias a la intervención del entrenador del equipo de fútbol americano, que ve en él la respuesta a sus plegarias: un atleta en potencia. El problema es que las personas, impresionadas por su tamaño y aparente fiereza, además de que al ser taciturno se le considera tonto, olvidan al ser humano necesitado de afecto y un hogar.
Es entonces cuando Sandra Bullock entra en escena. Interpreta a una madre de familia decidida y con un corazón inmenso que acoge a Michael como un hijo sin mayor trámite. Apoyada por su esposo e hijos, se entrega totalmente a ayudar al joven a cumplir sus sueños y lo más importante, a descubrir lo que significa formar parte de una familia que lo ama.
La historia es sencillamente hermosa y el hecho de que sea verídica y aún más, muy reciente, tan sólo logra conmovernos aún más. Sandra está gigantesca y se merece todos los reconocimientos que está recibiendo; ya en Crash había dado visos de su talento para el drama.
Los detalles o comentarios más aparentemente insignificantes resultan un verdadero gancho al corazón que te hará lagrimear sí o sí; la lucha de Michael por crecer como persona y la devoción a su nueva familia son un viaje que toda alma sensible debe emprender a su lado. Más que recomendable, dejo el trailer.
La segunda película es muy dura, no se me ocurre otra expresión para describirla porque tan sólo el inicio te envuelve en una bruma de desesperanza tal que la única manera de salir de ella es teniendo un corazón optimista y esa fe que nos mantiene siempre en pie a la mayoría de seres humanos.
The Lovely Bones es el último trabajo de Peter Jackson; creo que no dirigía desde el fin de la saga de “El Señor de los Anillos” y como debe ser vuelve por la puerta grande. A veces, abrumada por el éxito de la trilogía, olvido que este hombre fue el artífice de “Criaturas Celestiales” y su talento para crear historias intimistas y de temática fuerte como la que tuve la suerte de ver.
La película está basada en la novela de Alice Sebold, que cuenta la historia de Susie Salmon, una jovencita de catorce años que muere asesinada pero sigue observando a su familia en la Tierra. Susie no está en el Cielo aún porque se ha quedado en un mundo de transición desde el cual ve a sus padres destrozados por su pérdida, el modo en que afecta a todos sus seres queridos el no tenerla más a su lado y lo que es peor, es testigo impotente de cómo su asesino borra hábilmente las huellas del crimen y empieza a buscar otra víctima.
Todos los hechos son narrados por Susie desde el lugar en el que se encuentra sin esconder sus emociones. Siente dolor por su familia, le desespera la angustia de su padre que no puede aceptar su pérdida y hasta recuerda con tristeza el inocente amor que dejó en vida. Pero no todos son sentimientos nobles, porque también devela su rencor, la ira de haber sido arrancada de este mundo de una manera tan brutal. En cierto momento tendrá que escoger entre conseguir su venganza influyendo en su padre de un modo inexplicable o volcar todo el amor que siente por su familia para ayudarlos a que se unan nuevamente.
Como mencionaba, es una historia muy dolorosa y quien conozca a Peter Jackson sabrá que él no es la clase de director que cree en los clásicos finales felices; desde el principio sabemos que no lo habrá, no hay manera.
Lo único que se puede hacer es verla, porque sería un crimen ignorar una película como esta sólo por su contenido y lo más importante, escuchar a Susie. Esa niña habla con el corazón abierto y merece ser oída. Si tan sólo cada víctima de la violencia que se da todo el tiempo en el mundo tuviera la oportunidad de hacernos llegar su voz para conocer su dolor y le prestáramos la debida atención, seguro que otro sería el destino de la humanidad. De nuevo, no podemos obviarla porque la historia está muy bien llevada, por sus extraordinarias actuaciones y más que nada por lo que podemos aprender de ella.
Dejo el trailer.
