¿Cuántos? ¡Eso no se le pregunta a una dama! Pero como antes que una dama soy una persona y una muy weird, pues diré que son veintiocho. Sí, gente, veintiocho eneros que hubiera preferido fueran julios o agostos porque no comprendo cómo pude nacer en verano con lo que odio el sol; pero esas son cosas del destino que no todo el mundo puede escoger.
¿Estoy contenta? Mucho, porque este ha sido un buen año de vida para mí. Este año a mis amigos del trabajo y a los que he ido acumulando durante mi vida, que no son muchos pero valen su peso en oro puro, se suman muchos más que me salieron de la nada. Gente del blog, a la que le he tomado mucho aprecio, con Fionita y Luciana a la cabeza más otros que andan por allí (sí, sé que están allí y no quiero sonar a Hannibal Lecter, lo juro); mis Weird Sisters que siempre me hacen reír y por las que he escrito tantas locuras; mi F-list del LJ que me ha tendido la mano cuando más lo necesitaba y no tengo cómo agradecerles, y algunos de esos chicos que leen los fics y que con el tiempo se han convertido en buenos amigos; mención especial para Caro que atiende todos mis lamentos y nunca se queja, además de Magdal que siempre me da ánimos (creo que ha sobornado a mi musa para que no me abandone).
Por eso salto en un pie de cumplir un año más y seguro para cuando haya subido esta entrada me habré ido a comer con los chicos del trabajo (espero mi torta selva negra) y pasaré el sábado en casa con mis padres, hermano y todos los que caigan y me cantarán el cumpleaños feliz como si cumpliera seis, no veintiocho y eso es lo que más amo de ellos.
Tal vez no sea muy importante, pero yo deseaba compartir esto con ustedes, que en gran medida han contribuido a mi felicidad, ¿no es un sentimiento grandioso ese?
Termino con un muy feliz cumpleaños para mi porque al menos por un día dejo de preocuparme por medio mundo y me entrego al egocentrismo encantada de la vida.
Gracias y buen fin de semana, nos leemos.