Probablemente esta sea ya una noticia vieja, pero me enteré hace muy poco y no sería extraño que hubiera otras almas por allí tan ignorantes como yo. El si hubieran preferido o no permanecer en esa ignorancia, bueno, eso ya es algo que podrán comentar luego.
¿Quién no ha leído Orgullo y Prejuicio? ¿Quién no se ha sentido identificada con Elizabeth Bennett? ¿No has soñado alguna vez con encontrar a tu Mr. Darcy? Sospecho que habrá pocas que dirán no a alguna de las preguntas.
Ahora, ¿qué te parece la siguiente imagen? Vas muy feliz caminando por las campiñas inglesas, deseosa de encontrar al objeto de tus afectos para compartir una romántica tarde cuando de pronto todos tus planes se ven interrumpidos por una horda de zombies que corren tras de ti y no precisamente para invitarte a tomar el té.
Pero tú tranquila, no pasa nada, después de todo eres una experta en el arte de la espada gracias a las lecciones aprendidas de tu adorado padre, el Sr. Bennett, que se ha preocupado por que tanto tú como tus encantadoras hermanas puedan rivalizar con los más célebres ninjas.
Este sería a grandes rasgos el argumento de la “adaptación muy libre” del clásico libro que ha escrito Seth Grahame-Smith y fue publicado este año con un éxito rotundo, al menos en el mercado anglosajón.
Por lo que he logrado averiguar, la obra en sí es más bien una reescritura del libro de Jane Auten. Las hermanas Bennett viven con sus padres y tienen la vida que nosotros ya conocemos, con una madre deseosa de encontrarles pretendiente y sujetas a todos los rigores de la sociedad; del mismo modo, su rutina se ve interrumpida por la llegada del Sr. Bingley y el nunca bien ponderado Mr. Darcy, con todos los entuertos que recordamos. Claro que aquí la búsqueda del amor se ve, por decirlo de algún modo, acompañada por el instinto de supervivencia que todo humano en sus cabales mostraría al ser asediado por decenas de seres de ultratumba.
Honestamente, cuando me enteré pensé que se trataba de algún tipo de broma, ¿quién no lo creería? Pero según fui investigando la burla dio paso a la estupefacción, seguida de esa risa nerviosa que siempre me embarga cuando me topo con cosas que no alcanzo a entender, para luego sumirme en un extraño estado de aceptación.
Ya, bueno, la cosa esa existe, ¿ahora qué hago? Bien, antes de entrar en pánico empecé a buscarla en Internet para hacerme al menos una idea más clara acerca de qué podría esperar.
Esta es apenas la frase con la que se inicia la historia:
Es una verdad universalmente reconocida que un zombi que tiene cerebro necesita más cerebros.
No pude ir más allá, lo reconozco, me ganó el espanto. Siento curiosidad, claro, pero me veo incapaz de leer toda la obra, quizá lo haga algún día, si reúno el coraje.
Pregunté a algunos conocidos que pensaban de esto y recorrí foros en Internet para saber cómo lo había tomado la gente, y las respuestas han resultado más que variadas. Algunos se sienten profundamente ofendidos, otros lo toman como una broma divertida que en su opinión no le hace daño a nadie y hasta hay quienes consideran que resulta una idea genial porque mezcla dos elementos muy apreciados para ellos: romance y zombies ¿? Lo sé, pensé lo mismo.
En todo caso, siempre he pensado que cada quien es libre de hacer y por consiguiente leer lo que bien le parezca, de modo que he optado por tomármelo con tranquilidad y no hacerme mayores dramas al respecto.
Creo que es lo más sabio porque según he oído se prepara la versión fílmica con la actuación estelar de Natalie Portman interpretando a nuestra querida Lizzie y tan sólo de pensar en quién recaerá el papel de Mr. Darcy me toco de nervios, así que más vale irse preparando y adoptar la actitud más Zen posible, ¿no?
¿Qué opinas de todo esto? ¿Lo sabías ya? Si no fuera así, ¿cuál es tu postura luego de salir del shock inicial? Sospecho que la polémica estará a la orden del día.
Por cierto, si alguien desea leer el libro de marras, porque estoy conciente de que el mundo está poblado de personas mucho más valientes que yo, déjame tu correo y con gusto te lo haré llegar, ¿quién sabe? Tal vez me convenzan de echarle también una hojeada.