Pero en cuanto dijeron que iban a estrenarla por Fox empecé a buscarla en mi sitio de descarga favorito y ya estoy por el octavo episodio de una serie de catorce de la primera temporada.
White Collar trata de un ladrón muy avezado y encantador, Neal Caffrey, que está a punto de terminar su condena en prisión, pero de pronto, cuando le faltan sólo unos meses para salir en libertad, escapa de una manera espectacular, o sea, por la puerta de entrada y con su clase habitual.
De inmediato se contactan con el agente de FBI Peter Burke, quien ha sido el único que ha podido atraparlo. Desde luego, lo hace otra vez, aunque valgan verdades, Neal se lo deja muy sencillo y hasta le explica la razón de su huída. Está desesperado porque la mujer que ama, Kate, fue ha verlo a prisión y ahora ha desaparecido; eso para él es inconcebible, piensa que está siendo forzada de alguna manera y quiere recuperarla.
Peter lo devuelve a la cárcel, porque es el hombre más integro del mundo, si bien le agrada ese ladrón de guante blanco tan simpático que nunca ha lastimado a nadie. Pero cuando tiene un caso verdaderamente difícil que requiere de un profesional, Neal se ofrece con la condición de salir y trabajar como consultor del FBI bajo la responsabilidad de Peter. Obviamente le ayuda a resolver el caso y desde entonces trabajan hombro a hombro para resolver los misterios más interesantes con la astucia y experiencia de Neal y la inteligencia de Peter, sin olvidar el primero la búsqueda de Kate.
La serie me recuerda un poco a Atrápame si puedes, esa película con Leonardo di Caprio y Tom Hanks, porque es ligera, divertida y te hace sonreír quieras o no.
Los protagonistas son geniales, especialmente Neal, que te deja suspirando desde que aparece en pantalla; es ridículamente encantador. Peter parece desconfiado, pero desde un inicio muestra un gran corazón y no puedes menos que quererlo cuando lo ves intentando darle lecciones de moral a un estafador como Caffrey e intentando llevar su matrimonio con Elizabeth, una mujer que es una santa y muestra tanta inteligencia como su marido y el mismo Neal.
Le llaman una serie feliz y lo es, nada ambiciosa ni complicada. Cuarenta minutos por capítulo para disfrutar y verte inmerso en todo ese mundo de White Collar, más que recomendable. La segunda temporada está en camino y al parecer la trama resultará más interesante aún.