Temprano esta mañana murió Don José Saramago, a los 87 años de edad, y luego de una penosa enfemedad. Premio Nobel de Literatura, portugués, ciudadano del mundo, creador de historias.
Saramago nació en una familia muy pobre, y debió dejar los estudios para ayudar en casa, pero era un lector voraz, que amaba la literatura, así que nunca dejó sus ambiciones de convertirse en escritor.
Publicó dos novelas antes de los treinta años que nunca fueron publicadas, por lo que dejó la escritura durante veinte años, ya que según él "Sencillamente no tenía algo que decir y cuando no se tiene algo que decir lo mejor es callar"; una de las muchas frases sabias que nos deja, además de sus escritos.
No he leído cada obra de este autor. En realidad, empecé con "Ensayo sobre la ceguera", una de las obras más sobrecogedoras que he leído en toda mi vida; parece increíble lo que con una historia como esta hace pensar al lector, reflexionar en los actos del ser humano, y la recomiendo totalmente. En el 2008 se hizo la adaptación al cine "The Blindness", muy fiel al libro, y con un excelente reparto.
Y si bien cada libro suyo tiene algo, que no se puede saber si es mágico o racional, tal era su estilo, siempre me sentí atraída por esas citas suyas tan ciertas, especiales y que llegaban como un dardo. Me gustan muchas, pero dejo tres para recordarlo, que tal vez no lleguen a todos igual, porque no todos sentimos lo mismo, pero para mí, para mi manera de ver las cosas, son excepcionales.
"Si hay que buscar el sentido de la música, de la filosofía, de una rosa, es que no estamos entendiendo nada".
"No te pido que me lo cuentes todo, tienes derecho a guardar tus secretos, con una única e irrenunciable excepción, aquellos de los que dependa tu vida, tu futuro, tu felicidad, ésos quiero saberlos, tengo derecho, y tú no me lo puedes negar".
"Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos".
Está de más decir lo mucho que se le extrañará a este hombre lúcido, irreverente, y brutalmente honesto. Pero así es la vida, y aún aquellos como él, esos que piensas deberían estar siempre con nosotros, deben marchar en su momento. Nos deja mucho para recordarlo, y admirarlo. Descanse en paz, Don José.