¿Quién no se habrá topado en algún cambio de semáforo con estos chicos que hacen acrobacias para ganarse un dinero? Aquí se ve, y mucho, la mayoría hacen cada cosa que harían ruborizar de envidia a los acróbatas más famosos.
Generalmente, los chicos de los semáforos son jóvenes que viven en situaciones precarias, muchos de ellos con un pasado oscuro, en el que se encierran mil misterios y que por alguna razón optaron por este arte para demostrar al mundo lo que valen.
Vania Masías es una conocida bailarina limeña. Ha formado parte del ballet Nacional, representó al país en importantes escenarios del globo, en fin, una chica con un gran talento que ha sabido ganarse el respeto de los más conocedores. Hace unos años, en un cambio de luces, cuando estaba de visita en la ciudad, vio por primera vez a estos chicos, y quedó maravillada con ellos. Empezó a investigar, los buscó, y decidió jugársela para entrenarlos para que explotaran su habilidad.
Muchos de estos chicos viven en las zonas más pobres de Lima, donde sobre la arena, justamente, sus padres o abuelos se asentaron al llegar del interior. Por eso el nombre, Ángeles de Arena. Empezó con 20 estudiantes algo desconfiados, y ahora son ya 50 que la quieren como a una hermana o hasta una madre. Formaron el Estudio de Danza "D1-Dance". Algunos de los muchachos que empezaron son ya profesionales y han empezado a impartir clases.
Ahora realizan espectáculos, reciben clases de conocidos coreógrafos de Broadway que vienen a participar gratuitamente y se ha formado todo un movimiento.
Esta es una de muchas iniciativas maravillosas para ayudar a nuestros chicos a salir adelante.