En varios países del mundo se celebra mañana el día de la madre, y obvio que me paso para desearle un hermoso día a todas las mamis, lo festejen o no el día de mañana, que total hacerlo dos veces no tiene nada de malo, al contrario.
Yo quiero recordar, como muchas otras lo harán, seguro, a cuatro muy especiales en mi vida.
Mi mamá Ana, la que me trajo a este mundo a pesar de que como ella dice, yo no quería, porque me súper pasé la fecha, parece que me imaginaba que no me iba a gustar o algo así. De ella tengo su genio fuerte cuando algo molesta, esa habilidad para reparar cosas de la que están negados los hombres de mi familia, el tesón para salir adelante cuando las cosas se ponen feas, previa explosión, por supuesto, porque la paciencia no es una virtud que tengamos. La quiero porque es buena, porque tiene un carácter muy amigable, que ya quisiera, y porque adora a sus hijos.
Mi abuela Elba, a quien no recuerdo, porque se fue cuando era muy pequeña. Pero la tengo muy presente, porque siento su amor; no puedo rememorar su rostro, pero si ese sentimiento, la seguridad de que esa mujer tan alegre, de hermoso pelo negro y sonrisa bondadosa, me quería mucho, y lo agradezco de todo corazón.
Mi abuela María, que nos dejó hace tres años. La mujer más fuerte del mundo, para mí. Supongo que habrán muchas como ella, que mueven el mundo y crian hijos a viento y marea. Esta abuela trabajó toda su vida para que a sus hijos no les faltara al menos lo elemental, y apenas si pestañeaba por no tener un marido que la ayudara con ellos, era incapaz de quejarse, ella sólo tiraba para adelante, y ahora, hijos, nietos, bisnietos, todos la recordamos como el roble alrededor del cual todos nos reuníamos para ser, simplemente ser para ella, que no se merecía menos.
Mención especial para mi mamama Carmen, la tía que ocupó el lugar de la abuela que se fue muy pronto. La que nos abría la puerta de su habitación para ocultarnos cuando hacíamos alguna y mi madre nos buscaba, la que acogería a un mendigo en su casa y le daría de comer de su plato sin preguntar, la que duerme hasta tarde porque nadie la separa de su televisión para ver sus telenovelas de madrugada. Es tan mamama ella que hasta sus yernos y nuestros amigos le llaman así; ahora es su ala bajo la que se cobija la tribu que lidera.
Y así habrá millones de mujeres en el mundo, que a su vez, recordarán a otras tantas, el círculo de la vida que le llaman. Para las que están, para las que nos dejaron, un beso, un recuerdo, y una flor.
Dejo el video de un cantante que a mi madre le encanta, Nino Bravo, precisamente con esa canción "Un beso y una flor"
Yo quiero recordar, como muchas otras lo harán, seguro, a cuatro muy especiales en mi vida.
Mi mamá Ana, la que me trajo a este mundo a pesar de que como ella dice, yo no quería, porque me súper pasé la fecha, parece que me imaginaba que no me iba a gustar o algo así. De ella tengo su genio fuerte cuando algo molesta, esa habilidad para reparar cosas de la que están negados los hombres de mi familia, el tesón para salir adelante cuando las cosas se ponen feas, previa explosión, por supuesto, porque la paciencia no es una virtud que tengamos. La quiero porque es buena, porque tiene un carácter muy amigable, que ya quisiera, y porque adora a sus hijos.
Mi abuela Elba, a quien no recuerdo, porque se fue cuando era muy pequeña. Pero la tengo muy presente, porque siento su amor; no puedo rememorar su rostro, pero si ese sentimiento, la seguridad de que esa mujer tan alegre, de hermoso pelo negro y sonrisa bondadosa, me quería mucho, y lo agradezco de todo corazón.
Mi abuela María, que nos dejó hace tres años. La mujer más fuerte del mundo, para mí. Supongo que habrán muchas como ella, que mueven el mundo y crian hijos a viento y marea. Esta abuela trabajó toda su vida para que a sus hijos no les faltara al menos lo elemental, y apenas si pestañeaba por no tener un marido que la ayudara con ellos, era incapaz de quejarse, ella sólo tiraba para adelante, y ahora, hijos, nietos, bisnietos, todos la recordamos como el roble alrededor del cual todos nos reuníamos para ser, simplemente ser para ella, que no se merecía menos.
Mención especial para mi mamama Carmen, la tía que ocupó el lugar de la abuela que se fue muy pronto. La que nos abría la puerta de su habitación para ocultarnos cuando hacíamos alguna y mi madre nos buscaba, la que acogería a un mendigo en su casa y le daría de comer de su plato sin preguntar, la que duerme hasta tarde porque nadie la separa de su televisión para ver sus telenovelas de madrugada. Es tan mamama ella que hasta sus yernos y nuestros amigos le llaman así; ahora es su ala bajo la que se cobija la tribu que lidera.
Y así habrá millones de mujeres en el mundo, que a su vez, recordarán a otras tantas, el círculo de la vida que le llaman. Para las que están, para las que nos dejaron, un beso, un recuerdo, y una flor.
Dejo el video de un cantante que a mi madre le encanta, Nino Bravo, precisamente con esa canción "Un beso y una flor"
